Date permiso para no hacer nada un martes cualquiera en el que un bloqueo creativo no te deja avanzar.
Date permiso para decir adiós a un cliente que te está chupando la sangre.
Date permiso para NO madrugar si no quieres. Puedes cumplir igual de bien con tus objetivos del día.
Date permiso para trabajar menos horas. Para no trabajar los findes. O los lunes por la mañana, o los viernes por la tarde etc etc.
Date permiso para cobrar lo que quieras y creas que corresponde a lo que vale tu trabajo, aunque a otros les parezca mal.
Date permiso para no trabajar para familia o amigos si no tienes tiempo (ni ganas).
Date permiso para defender tus valores y tus principios aunque sean impopulares o no gusten a todo el mundo.
Date permiso para planificarte el trimestre y desplanificarlo si hace falta.
Date permiso para decir no a una colaboración en la que sólo la otra parte sale beneficiada (a cambio de supuesta visibilidad).
Date permiso para tener un día de mierda y desahogarte.
Date permiso para no ser productivo las 24 horas de día los 7 días de la semana.
Date permiso a ser tú mismo, vestir como te de la gana y hablar a tu manera aunque para otros no parezcas profesional.
Date permiso para no intentar complacer a todo el mundo (menos a ti).
Date permiso para defenderte si alguien intenta manchar tu nombre. Eso de que «hablen bien o mal de ti, pero que hablen» no lo justifica todo.
Date permiso para no ser esa persona súper positiva constantemente ante todas las dificultades de la vida. Somos luces y sombras, lo demás es artificial.
Date permiso para no publicar en las redes por narices cada día.
Date permiso para NO ofrecer todos los servicios creativos del mundo: desde logos, diseño web, motion design, fotografía, programación o cualquier otra cosa que te pidan. No tienes por qué saber hacerlo todo.
Date permiso para disfrutar de tu trabajo y además cobrar bien por ello.
Date permiso para no ser perfecto.
Date permiso para soñar y pensar en grande (aunque otros quieran trasladarte sus propios miedos).
Date permiso para seguir tu propio camino y no el que otros te impongan.
Date permiso para descansar, tener vacaciones y vida social.
Date permiso para reinvertarte aunque no sea la profesión que estudiaste.
Date permiso para no estar disponible ante las urgencias de otros.
Date permiso para dar plazos más amplios y no vivir asfixiado con los deadlines.
Date permiso para no ser un emprendedor superhéroe que puede con todo.
Date permiso para no convertirte en tu cliente más exigente.
Date permiso para viajar o para darte un capricho.
Date permiso para dejarlo todo y empezar por tu cuenta.
Date permiso para tener miedo cuando se avecine un cambio en tu negocio o en tu vida. Los cambios dan vértigo.
Date permiso para no hacer sacrificios que perjudiquen tu vida personal sólo por llegar antes al deseado «éxito».
Date permiso para sentirte inseguro con tu trabajo. Eso es lo que hace que sigas aprendiendo y mejorando.
Date permiso para elegir con quién y para quién trabajas.
Date permiso para ser libre y decidir qué haces en tu negocio y en tu vida en cada momento. Porque para eso elegiste emprender. ¿no?
¿En qué punto sientes más identificado? ¿Hay algo en lo que no te das permiso y no lo he mencionado?
Me encantaría que compartieras esto conmigo y los demás lectores.
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