En este momento me encuentro en un punto de inflexión y reflexión en mi carrera profesional y he tomado la difícil decisión de dejar de ofrecer servicios de diseño gráfico y web como freelance.
Durante todo este tiempo por mi cuenta ha habido un proceso en el que empecé trabajando para todo tipo de clientes (particulares, pymes y agencias de marketing y publicidad) y he ido intentando buscar el perfil de cliente que realmente necesitaba mi trabajo llegando al punto de trabajar casi en exclusiva a través de agencias para poder dar un servicio integral.
Puntos negativos de ser freelance
Han sido momentos de muchos quebraderos de cabeza y mucho aprendizaje, muchísimo. Después de 2 años como diseñadora freelance, me he ido dando cuenta de que ofrecer mis servicios de esta manera en muchos casos ha infravalorado notablemente mi trabajo porque como freelance muchas veces se da la impresión de ser alguien barato que hace todo lo que pides a cualquier hora y día de la semana. En algunas ocasiones he sentido que era un «robot» que cumplía órdenes del cliente que no estaba en absoluto interesado en mi experiencia o mis conocimientos de diseño sino en que hiciese lo que él creía según su criterio dejando de lado el mío, a pesar de que el cliente no tenía conocimientos sobre diseño o marketing. Todo esto al final ha dado lugar a trabajos mal pagados que no incluyo en mi portfolio. ¿Te suena este tipo de clientes? (Por suerte no ha sido lo más habitual en estos dos años)
Puntos positivos de ser freelance
También ha habido muchas cosas buenas (¡no todo va a ser malo!): he aprendido mucho, he evolucionado a nivel profesional y personal, he trabajado en proyectos interesantísimos con clientes estupendos, he ayudado a muchos otros freelance a conocer el valor de su trabajo con la Calculadora Freelance (que calcula tu precio/hora y facturación mensual para ser rentable) que además ha quedado finalista en el concurso de aplicaciones Biscayapp 2014, he descubierto mi faceta como profesora, he emprendido un proyecto nuevo en conjunto con la agencia Fantory (walaly.com), he hablado en la radio y aparecido en unos cuantos medios y un sin fín de cosas buenas, experiencias y gente que he conocido por el camino. Y desde luego voy a seguir con todos estos proyectos que tengo en marcha.
Pero ha llegado la hora de tomar una decisión, reflexionar, mirar adelante y evolucionar.
Creo que ser freelance es una buena manera de empezar a trabajar por tu cuenta, pero si lo haces para cubrir las necesidades básicas, vas a estar toda la vida luchando por mantener la carga de trabajo y llegar a fin de mes convirtiéndote en un esclavo de tu trabajo. Siempre va a estar ahí la incertidumbre de lo que vas a cobrar cada mes ya que tus ingresos dependerán directamente de los microproyectos o clientes que tengas en cada momento y a fin de cuentas, de las horas que trabajes (que está limitado por la jornada laboral que tengas). Por eso en todo momento he intentado compaginar mis trabajos para terceros con la búsqueda de ideas y creación de proyectos propios. El problema de esto es que no he podido dedicar el tiempo suficiente a mis proyectos porque dependían de mi disponibilidad y carga de trabajo para clientes.
Por este motivo, he decidido tomar una decisión muy difícil que llevo meditando varios meses y centrarme en mis proyectos como Walaly, mi blog (que tengo que renovar urgentemente) y mi faceta como formadora. Y de esta manera voy a invertir todas mis energías en renovarme y encontrar un modelo de negocio escalable que me permita no depender proporcionalmente de mis horas facturables o los proyectos que vayan surgiendo para clientes, asumiendo el riesgo que esto conlleva y las cosas que tengo que dejar marchar.
Pero SI voy a seguir siendo autónoma, formadora, emprendedora y diseñadora para mis proyectos y los que tengo en conjunto con la agencia Fantory.
A fin de cuentas, dedicamos un montón de horas en la vida a trabajar, así que si mi vida y felicidad va a ir en gran parte condicionada por mi trabajo, quiero dedicar mi tiempo y esfuerzos a algo que me llene y me ilusione.
Y en tu caso te lanzo esta pregunta: ¿Te funciona ser freelance?