Hace no mucho descubrí a Deborah Marín y su blog oyedeb.com y desde entonces no dejo de leer todo lo que publica.
Tal y como ella misma describe en su blog «crearte un puesto de trabajo a la medida de quién eres y de cómo quieres vivir tu vida es el camino más corto a la ansiada felicidad.» Y es que Deborah es una joven emprendedora que apuesta por el mundo online como modelo de negocio para vivir más feliz.
En su blog comparte sus pensamientos sobre el emprendimiento no sólo en el área profesional sino también para emprendedores de la vida como ella lo llama. Lo que más me gusta de Deborah es que transmite claramente su visión de la vida y de la felicidad y me siento muy identificada con sus reflexiones.
Además ofrece a sus lectoras programas, libros y cursos para ayudarles a impulsar su negocio.
Así que no he dudado en ponerme en contacto con Deborah para hacerle una entrevista y saber un poco más acerca de ella, y de su forma de vivir y modelo de negocio.
Deborah, para los que aún no te conocen cuéntame un poco quién eres y como te ganas la vida.
¡Hola, Laura! Pues mira, me gusta pensar en mí como escritora, porque es a lo que de verdad aspiro, a seguir reflexionando sobre la vida en general y poder reflejarlo por escrito en el formato que sea. Yo redescubrí mi pasión por la escritura escribiendo online, así que fue la progresión natural tratar de ganarme la vida de esta forma. Como dices, tengo el blog y también diseño productos digitales de formación, tanto para emprendedoras como para las que simplemente quieren tomar las riendas de su vida y estar más despiertas. Así que desde 2012 eso es lo que me paga las facturas y me da de comer.
Cuéntame un poco más sobre cómo nació oyedeb.com y qué te impulsó a romper con tu vida anterior y salirte de las convenciones sociales como tener un puesto de trabajo por cuenta ajena, un jefe, un horario de oficina, un sueldo modesto asegurado…
Oye Deb fue el final de un trayecto de autodescubrimiento profesional. Yo trabajaba en una productora de cine y sabía que no era mi lugar, pero no tenía ni idea de qué podría hacer si me iba. Cuando terminaron mi contrato, decidí que no podía volver a una oficina o a un trabajo por cuenta ajena, así que pasé un año investigando y estudiando cosas diferentes. De ahí salió una primera empresa, pequeñita, después añadí otra y luego una tercera, todas en el sector creativo del handmade. Pero también veía que no eran exactamente lo que quería, hasta que finalmente me di cuenta de que las dos cosas que de verdad disfrutaba en estos proyectos eran la parte de creación y conceptualización de la empresa y la parte online, en la que escribía y me comunicaba con mis clientas.
Vengo de una familia en la que todos somos autónomos así que lo de las convenciones sociales y los sueldos fijos no nos ha afectado nunca y no me dio nada de miedo dar el paso, me pareció lo natural. Lo que sentía antinatural era estar atrapada en la oficina dando los beneficios de mi trabajo a otra persona y sabiendo que, aunque quisiera y me esforzara más, no podría ganar más dinero. Eso es lo que me pareció siempre más terrible, junto con el tema de cumplir un horario diariamente.
¿Cómo fue el proceso de cambio? ¿Qué retos tuviste que superar en ese periodo?
Para mí el único problema fue siempre entender qué quería hacer, descubrir mi talento (no el que veían los demás sino el que disfrutaba yo) y encontrar mi camino. Nunca tuve una vocación clara, se me dan bien un montón de cosas y aprendo muy rápido, así que todo lo que intentaba parecía que podría ser «lo definitivo», pero nada se asentaba dentro, al contrario, al cabo de muy poco tiempo me aburría y quería dejarlo.
La clave para mí fue probar todo lo que quise probar sin preocuparme de si tenía futuro o no y a la vez hacer un gran trabajo de autoconocimiento. Sin eso no habría llegado nunca a este punto de equilibrio profesional.
Hablamos de números (si te parece bien). ¿Tuviste que hacer una inversión inicial fuerte para iniciar tu proyecto? ¿Necesitas trabajar en otros proyectos para ganar un sueldo decente?
No, para nada, simplemente pedí ayuda a una amiga diseñadora con la que ya había trabajado antes para que me ayudase con la programación de la web (yo había hecho sola los blogs de mis empresas anteriores pero esta vez quería cosas más específicas y en una plataforma diferente así que preferí pagar por ello). Aparte de eso, los gastos de hosting, lista de correo y autónomos y nada más. Al principio todo me lo hacía yo, trabajaba en casa y no me hacía falta ninguna estructura más que la conexión a internet.
Además, como ya llevaba tiempo blogueando, cuando nació Oye Deb ya tenía bastantes lectoras y empecé a ganar dinero desde el primer día. De hecho, el primer mes ya gané más del doble de lo que ganaba por cuenta ajena. Desde entonces –esto era septiembre de 2012- no he trabajado en otra cosa.
Tú misma has ayudado a muchas emprendedoras a descubrir su idea de negocio y ofreces diferentes programas para ayudar con dudas, ideas y buscar soluciones antes sus problemas. En tu caso ¿Has tenido un mentor/asesor para ayudarte en oyedeb.com?
La verdad es que no, y no porque no piense que es útil, sino porque no he encontrado a la persona adecuada. Yo me muevo mucho por intuición y cuando conozco a alguien sé si quiero intentar trabajar con ellos o no. Me encantaría tener una mentora estupenda en quien apoyarme pero no ha aparecido todavía.
Sí que puntualmente he acudido a personas específicas para situaciones puntuales, pero nada recurrente. Lo que sí tengo es muchas amigas emprendedoras con las que puedo hablar en confianza, eso ya me viene muy bien para el día a día.
Has conseguido ser un referente para muchas y un modelo a seguir como emprendedora ¿en qué medida te ha afectado este éxito? (para bien o para mal)
Bueno, esta pregunta es rara para mí porque yo no noto realmente en mi día a día que tenga este éxito externo que comentas. Es decir, sé que he tenido éxito en las cosas que he querido hacer y conseguir, pero hacia mí misma, es un éxito interno. Como mi trabajo no implica contacto directo y diario con la gente no es como que todo el día me estén recordando lo guay o lo fatal que les parezco. Pero precisamente eso es lo que deseo.
Si quiero ser escritora es justamente para estar alejada y trabajar en soledad. De hecho, me encanta estar sola y concentrada (por eso nos hemos venido a vivir al medio del bosque), así que no busco contacto en redes sociales y doy poca ocasión para que los halagos o las críticas me afecten. No creo mucho en ninguna de las dos cosas. Para mí, la única medida de éxito es lo que yo siento respecto a mi trabajo. Evidentemente necesito que guste lo que hago porque vivo de ello, pero mientras los números salgan entiendo que gusta y eso es suficiente para seguir adelante con ilusión. El resto es más bien vanidad.
En tu blog enseñas una foto de tu casa perdida en el campo desde donde trabajas (y que me da mucha envidia sana). Cuéntanos qué ventajas (e inconvenientes) ves a trabajar desde casa y cómo es tu día a día. Más en concreto ¿Cómo organizas tu jornada laboral? Sigues un horario riguroso de x horas al día, cómo planificas las tareas, cómo gestionas tu tiempo, dejas hueco para cuidar de ti y de tus seres queridos…
A trabajar desde casa no le veo ningún inconveniente en absoluto, supongo que justamente porque no me gusta organizarme ni ponerme horarios, así que a la segunda parte de la pregunta no sé casi ni qué responderte. Hago lo que siento y puedo cada día, muchos días no hago nada más que perrear y pasearme y leer, otros me paso mil horas en el ordenador y no me acuerdo ni de comer. A veces los primeros se repiten demasiado y me siento un poco culpable, a veces los segundos se repiten demasiado y acabo agotada, pero acepto los ciclos como vienen.
Poco a poco voy aprendiendo a respetar lo que quiero hacer en cada momento. No me funciona mal, como me pongo mis propias fechas, si algo no está para cuando tenía previsto tampoco pasa nada. Tengo un plan aproximado de lo que quiero hacer a unos meses vista y si no lo cumplo pues tampoco me martirizo, la verdad. Igual soy muy poco seria pero no me gusta trabajar bajo presión, no me ayuda; lo que me ayuda es la pasión y la ilusión, así que si algo no me acaba de motivar intento no hacerlo.
Desde fuera parece que has conseguido llevar un estilo de vida soñado ¿es así?
Supongo que esto es bastante relativo, depende de a quién le preguntes. Creo que mi estilo de vida actual no es apto para cualquiera, si se mira de cerca. Pasamos muchos días solos, en medio de la nada. Para ir al pueblo tenemos que ir en coche así que no hacemos vida con nadie más que con nosotros mismos. Es verdad que el entorno es precioso y la casa es preciosa y mi trabajo me encanta y nos da dinero para pagarlo todo y vivo con un hombre estupendo que trabaja conmigo y dos perros y dos gatos bellísimos y tengo muy buena salud y todo está perfectamente, pero la mayoría de gente a la que conozco no querría ni de broma elegir esta vida.
Creo que es más algo que se dice que se quiere pero no se quiere de verdad. Es bastante duro cuando se vive, pero, evidentemente, te enseña muchas cosas. Si quieres estar en contacto contigo misma y ponerte a prueba, desde luego, esta es una buena opción. He crecido más los últimos dos años que en el resto de mi vida junta. Pero no sé si lo llamaría «estilo de vida soñado». Nada es perfecto en realidad.
Has potenciado mucho tu marca personal ¿cómo has encontrado tu identidad?
La verdad es que no he tenido que buscarla en absoluto. Desde que empecé a escribir online usé el tono que tenía, di la imagen que me salía natural e hice las cosas tratando de que se parecieran al máximo a mí y a lo que sentía en cada momento. Tengo bastante claro quién soy y qué quiero aportar y simplemente lo aporto sin vergüenza.
He tenido la suerte de que eso ha resonado en algunas personas y me ha permitido no tener que modificar nada en ningún momento. Justo esta es una tarea que no he sentido nunca como una tarea, he sido yo misma y ha salido bien. No sé muy bien en qué consiste crear marca personal además de en ser tú misma y aplicar esa identidad propia –que ya viene de fábrica- a cada decisión que tomes en tu negocio. Esa es la manera natural de moverse, creo yo, y la más sabia probablemente. No sabría ser de otra forma y estoy segura de que si lo intentara nadie me creería.
Además de eso sé que tu punto fuerte es el email marketing ¿cómo se integran la lista de correo y el email marketing dentro de tu propuesta de negocio?
Para mí es el todo más absoluto, el combo blog + email es lo único que necesito para trabajar y ganar dinero. Las redes sociales son un accesorio que uso sin demasiadas ganas (ningunas, de momento, excepto por Instagram) y desde luego no forman parte de mi estrategia de negocio, ni las contemplo. En mi vida personal no me siento especialmente cómoda en grupos, me gusta el uno a uno, las relaciones profundas e íntimas. Trasladar eso a mi negocio implica que no quiero tener conversaciones a mil voces ni entrar en debates ni nada que se le parezca.
Trato de mantener la relación con mis lectores y clientes en un círculo íntimo. Yo les escribo por mail y les llega a su buzón (su casa) y vienen a leer lo que escribo a mi blog (mi casa). Ellos me dejan entrar y yo les dejo entrar. Yo trato de aportar valor a montones (lo intento al menos) y ellos me dan valor de vuelta (en forma de su dirección de mail o su dinero a cambio de mis productos o servicios). Así entiendo yo el marketing. No tendría sentido que fuera la reina de las redes sociales si las detesto. Esto es lo mismo que comentábamos en la pregunta anterior: no se puede fingir. No le sirve a tus clientes y desde luego no te sirve a ti.
¿Qué más estrategias sigues?
Ninguna más, excepto guiarme por mi instinto, no hacer nada que no sienta que es realmente adecuado para mí como persona y para Oye Deb como empresa y no hacer nada que no me haga ilusión. Eso implica que crezco muy despacio, sí, desde luego. Pero siento que no se me va a desmontar en dos días, siento que estoy poniendo las cosas donde tienen que estar.
Tienes una identidad visual muy cuidada y profesional tanto en tu web como en tu línea gráfica general ¿Te encargas tú del diseño gráfico de tu web de tu proyecto o lo lleva todo un diseñador? Siendo otra persona la que diseña para ti ¿en qué te basaste para contratarle?
En general diseño yo, aunque algunas ejecuciones (en la parte de diseño de documentos sobre todo) las encargo. De hecho, cada vez tiendo a encargar más cosas. La web actual la diseñé yo, aunque me la programaron porque yo no sé hacerlo. Soy muy meticulosa con el diseño, tengo un background muy visual así que me gusta que todo sea coherente. Cuando contrato a alguien necesito que sepa sostener esa meticulosidad, que no es perfeccionismo necesariamente, es más algo visceral. O encaja o no encaja. Y si no encaja, no paro hasta que encaja. Igual lo que elijo no es lo más profesional u ortodoxo del mundo, porque evidentemente no soy diseñadora, pero confío mucho en mi criterio.
¿Qué consejos le darías a alguien que está pensando en trabajar por su cuenta y crear su proyecto en internet?
No tengo consejos estándar, depende de la persona que me pregunte, lo que esté buscando, lo que necesite conseguir, el sector en el que quiera meterse, sus conocimientos previos… pero así en general siempre me gusta decir que tienen que estar convencidos de que son buenos tomando decisiones por su cuenta, porque al final se trata de decidir cosas a cada minuto, cosas grandes y cosas pequeñas, pero sin contar con nadie y además sin tener unas normas establecidas ni un libro al que poder mirar y saber que vas por buen camino. Es un mundo que se está construyendo todavía, es como el Salvaje Oeste, cada uno hace lo que puede como puede, y los que lo hacen mejor son los que saben adaptar las condiciones a su personalidad y necesidades y llevarlas a su terreno. Hace falta carácter y seguridad, y mucho, mucho autoconocimiento.
Lo que he aprendido de Deborah
Quiero darle las gracias a Deborah por haber participado en esta entrevista y contestar a las preguntas con tanta transparencia a pesar de ser bastante personales. La verdad es que sus palabras siempre me tocan por dentro y me hacen reflexionar muchísimo sobre mi propio planteamiento personal y profesional. Estoy totalmente de acuerdo con ella, creo que hay que intentar ser uno mismo y no fingir y además estar a gusto con todo lo que hacemos como profesionales y como personas. No hay que tener miedo a no llegar a todo ni a intentar seguir el camino que sientas que debes seguir para encontrar tu felicidad.
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