Hace unas semanas escribí un post sobre cuándo trabajar gratis y cuando no en el que comentaba las diferencias entre trabajar sin una retribución económica en ciertos casos que podían ser interesantes para tu carrera cuando empiezas en el mundo del diseño y cuando una empresa con todo su morro te pide un trabajo de diseño gratis con promesas de contratos futuros.
Pero esta vez voy a ir un paso más allá. Voy a profundizar un poco más en este segundo caso pero además también te voy a meter caña si todavía eres de los que piensa que hacer trabajos baratos te abrirá puertas a nuevos clientes.
Después de leer esto te darás cuenta de lo equivocado que estabas…
Además piensa en el dinero que estás dejando de lado. Voy a enseñarte un ejemplo práctico:
- Imagina que tu tarifa actual fuese de 18€/hora y la actualizases a 40€.
- Si tienes unas 15 horas facturables a la semana pasarías de 270€ a 600€ semanales.
- Eso a lo largo del año (unas 46 semanas laborables) serían 24.000€ frente 12.420€. ¡Casi 12.000€ de más al año!
- Estamos hablando de casi 120.000€ de diferencia en 10 años. ¡Te daría para comprarte un pisito modesto!
Te cuento esto porque seguramente estás dejando muchísimo valor encima de la mesa.
Yo aprendí la lección por la vía difícil con el método ensayo-error, topándome con clientes que me pedían presupuestos buscando precios bajos y regateándome continuamente.
Pensaba que ofreciendo precios ajustados y competitivos llegaría a más clientes y me traería nuevos proyectos después. Y lo peor de todo, es que no sabía que estaba ofreciendo precios demasiado bajos hasta varios meses después de comenzar mi viaje como freelance. De hecho, pensaba que si me regateaban y rechazaban presupuestos era porque mis precios no se alineaban con los del mercado, ¡dudé de si era cara cuando en realidad era barata!
La tapa con la consumición
Cuando todavía estaba estudiando diseño y no era autónoma me involucré en varios proyectos no remunerados para empezar a darme a conocer y crear mi portfolio. También hacía diseños en mis ratos libres para mi y para amigos o familiares para practicar y coger soltura. Hasta ahí todo correcto y normal. Prácticamente decía que sí a cualquiera que me pidiera un diseño gratis.
Trabajé en varios proyectos sin remuneración con la promesa de contratos futuros. ¿Y sabes qué paso? Que no me contrataron nunca. ¿Por qué me iban a pagar si les solucionaba la papeleta gratis? Lo cierto es que cuando das algo gratis la gente no lo aprecia. Se lo toma como algo que le corresponde y que no tiene un valor. ¿Acaso comprarías la galletita que te dan gratis con el café en la cafetería de la esquina si de repente te la cobraran? (de ahí lo de la foto destacada) Permíteme que lo dude…
Hace poco estuve pasando un fin de semana en Segovia y allí es costumbre invitarte a una tapa (una pequeña ración como aperitivo) cuando pides una consumición. Cada vez que pedía una cerveza me daban algo para comer. Si iba a un bar esperaba que me dieran la tapa gratis. Eso sí, si vuelvo a Segovia y tengo que pagar la tapa igual no la pido porque me he acostumbrado a que me la den sin pagar. ¿Lo pillas?
La vocación
Que hayas encontrado tu pasión y quieras vivir de ello no significa que tengas que cobrar menos o trabajar gratis. Que te guste tu trabajo o incluso te divierta no implica tener que reducir tus precios.
Al contrario, cuando pones pasión y entusiasmo haciendo algo que te gusta, lo haces de una calidad mucho mayor. Pero que te guste no significa que no te suponga un esfuerzo y además la persona que requiere tu trabajo obtiene un beneficio por ello.
¿Por qué vas a tener que cobrar menos?
El chantaje emocional
Si alguien te pide que diseñes gratis o incluso por un precio demasiado bajo es que realmente no aprecia ni valora tu trabajo. Me da igual si es alguien sin un duro o una empresa que acaba de empezar y no tiene presupuesto, yo no voy a la peluquería y le digo que me corte el pelo pero que sea gratis porque no llego a fin de mes.
Si tú quieres involucrarte en un proyecto de manera altruista deberías de buscarlo tú, no ellos a ti.
He tenido peticiones de trabajo gratuito (no hablo sólo de mi época de diseñadora, cuando era administrativa también me pasó) con muchos promesas futuras y lo que yo llamo chantaje emocional (aunque suena un poco fuerte): «somos una empresa que está empezando y no tenemos presupuesto, si nos haces el logo gratis prometemos mencionarte en nuestra red de contactos», «diséñame la portada de mi libro gratis, pondré tu nombre en la página de agradecimientos», «es una gran oportunidad colaborar con nosotros, te abrirá muchas puertas si haces esto gratis», «no podemos contratarte todavía pero si haces un esfuerzo por el bien de la empresa podrás ganarte tu sueldo después»…
No caigas en esto.
No es todo cuestión de pasta
Lo peor de todo es que creo que es muy difícil trabajar e implicarse en un proyecto de manera altruista cuando no es una decisión propia, sino una condición del beneficiario con promesas futuras. No se trata sólo de dinero, creo que si te sientes «engañado» porque ves que las promesas no se cumplen a la larga tu trabajo va a ser de menor calidad porque no lo harás con la misma ilusión. Esa es la verdadera pérdida. La «desmotivación» en una profesión que comienza con mucha pasión e ilusión y que acaba en un «trabajar sin ganas».
Ser freelance tiene sus gastos
Parece que por ser diseñador freelance en lugar de ser una empresa no supone unos gastos fijos mensuales para el trabajador. A no ser que seas un pirata y no pagues tus impuestos y cuota de autónomos como los demás (si ese es tu caso nos haces daño a los que somos legales), tu actividad como freelance genera una serie de gastos que tendrás que cubrir.
Si trabajas gratis no sólo no tienes beneficios sino que encima estarás perdiendo dinero, es decir, estarás pagando tú por el trabajo.
La implicación del cliente
Aunque parezca una tontería cuando el cliente paga lo que un proyecto merece de verdad es cuando se implica realmente en el proyecto y salen diseños de calidad. He comprobado que cuando el trabajo se hace gratis o la carga económica no supone un esfuerzo para el cliente, se despreocupa del trabajo y no se implica en el proceso.
El diseño no se hace sólo, es necesario que el cliente se involucre y reflexione sobre qué quiere conseguir y qué mensaje quiere transmitir con lo que te está encargando desarrollando un briefing y colaborando con su feedback.
Parece mentira que una empresa no se involucre en el diseño de su logotipo (por poner un ejemplo) y no le de importancia al proceso previo, a analizar lo que quiere transmitir como marca, a saber a qué público se dirige y a ver cómo se quiere diferenciar de su competencia, pero de verdad lo he vivido en mis propias carnes. Que el cliente rellene el briefing previo al diseño en 5 minutos y que recaiga sobre ti una carga que no te corresponde porque la empresa no valora la importancia de una buena identidad corporativa sólo se da en casos en los que o bien el diseño es gratis o bien es my barato.
La realidad es que el cliente se toma en serio los proyectos en los que se implica cuando valora lo que va a contratar y cuanto mayor es el esfuerzo económico que le supone para su bolsillo. Si tu no valoras tu trabajo el cliente no lo va a valorar tampoco.
Si alguien obtiene algo gratis probablemente le de menos importancia al proceso previo pero te aseguro que será igual de exigente cuando vea que no obtiene los resultados que quería por no haberse involucrado como debía.
Pero si alguien tiene que pagar 1.000€, 2.000€, 20.000€… por un diseño te aseguro que hará su parte del trabajo y se involucrará durante el proceso para que su dinero esté bien invertido. La exigencia seguirá ahí pero seguro que se toma más en serio su trabajo durante el proyecto.
Gratis sí, pero con unas condiciones
Involucrarse en proyectos de manera altruista es muy sano y motivador. Estoy super a favor de dedicar parte de tu tiempo a trabajos puntuales para asociaciones sin ánimo de lucro o amigos y familiares que necesiten que les eches una mano. Sientes que ayudas por una causa y te ayuda a crecer personalmente. Además, suelen ser trabajos en los que puedes dar rienda suelta a tu creatividad y tienes más libertad a la hora de diseñar.
El problema es que muchas veces no se ponen límites y te acabas implicando sin querer más tiempo de lo que esperabas o en proyectos en los que querías sólo echar un cable en una fase inicial pero que acaban dependiendo de ti para todo.
¿Cuál es la solución? Lo comentaba en mi post sobre cuándo trabajar gratis y cuando no pero se merece una repetición:
Crear un presupuesto normal con lo que incluyes y plazos de entrega como en un presupuesto para un cliente pero añadiendo un 100% de descuento.
¿Fácil no?
Bueno, no tanto. No es lo mismo trabajar para amigos o familia que hacerlo para un cliente. En serio, puedes acabar de muy mala leche. Ellos muchas veces no saben ni lo que es el diseño gráfico ni cuál es tu labor como diseñador. Además, puede que no les guste el resultado final y no te digan nada por no ofenderte y que después te enteres de que no les gustó tu diseño pero que no quisieron pedirte cambios por no marearte.
Pasa hasta en las mejores familias o amistades.
Y no sólo con temas de diseño.
Reflexiona bien cada proyecto altruista en el que te involucres.
Alternativa al trabajo gratuito
Bueno, el trueque es una práctica antigua en la que se realiza un cambio de servicios o productos y las dos partes ganan. No entraría dentro de lo que yo llamo hacer un trabajo gratis sino con un beneficio no económico por el que al fin y al cabo recibes una compensación. Aun así hay que andar con ojo.
Yo estoy a favor de intercambiar servicios en los que ambas partes ganan. Eso sí, define muy bien tu parte del trabajo antes de empezar y la parte del trabajo de la otra persona. A veces al no haber dinero de por medio el nivel de implicación por alguna de las parte suele bajar y puede complicarse el asunto. Cuidado con quien haces trueques, debe ser alguien de tu confianza, no alguien que te pida algo y te prometa una compensación futura.
No al trabajo Low Cost siendo Freelance
Lo cierto es que sólo valoramos las cosas por el precio que tienen. Somos materialistas y superficiales. Te puedes vestir con un vaquero fabricado en china con las mismas características, función e incluso el mismo coste de fabricación que un Lewis pero no lo valoras porque es barato.
O un ejemplo más claro: con tu Android Low Cost puedes enviar whatsapps, hacer llamadas y jugar al Candy Crash igual que con un Iphone y por su precio de lujo lo consideras casi una joya (vale prácticamente lo mismo que un anillo de oro jaja) aunque cumpla la misma función.
Así que si quieres que tus clientes valoren tu trabajo empieza a cobrarlo como se merece. No creo que debas trabajar gratis o peor incluso trabajar con un modelo de negocio Low Cost. Eso sólo se lo pueden permitir las grandes aerolíneas porque tienen la infraestructura adecuada para poder hacerlo y ganar mucha pasta de esa manera pero tú sólo dispones de tu tiempo y tu ordenador. Trabajar Low cost da la sensación de que la calidad de tu trabajo también es «low».
El tiempo es oro decían. Pero añado algo más, tu talento y tus conocimientos también lo son. ¡Valorate de una vez! ¡Hombre!