En mi anterior artículo del blog hablaba sobre cómo trabajar con una red de colaboradores cuando te dedicas al diseño como freelance de una manera que considero que es mucho más eficiente y diferente a lo que estoy acostumbrada a encontrarme.
En ese artículo me escribió un comentario Jose Alvarez Carbajal de empirialab.com dejando su opinión acerca de un punto en el que discrepamos: trabajar o no con agencias de marketing y otros intermediarios.
¿Por qué? Porque yo estoy a favor de trabajar con cliente final y él cree que es fundamental trabajar con agencias.
Le contesté brevemente mis razones en un comentario del post y a raíz de esa conversación decidió publicar este artículo en su blog para dar una respuesta más amplia a mis argumentos. Te recomiendo que lo leas para poder valorar después mucho mejor si te conviene o no trabajar de esta manera teniendo dos puntos de vista más o menos opuestos.
Creo que hemos generado un debate super interesante y enriquecedor, y por eso, el artículo de esta semana está inspirado en nuestros diferentes argumentos a favor y en contra de trabajar con agencias e intermediarios.
Hoy trataré de dar mi visión más amplia argumentando de nuevo mis puntos en contra de trabajar con agencias de marketing y otros intermediarios.
Pero, trabajar para agencias tendrá algo bueno ¿no?
¡Por supuesto! Y es lo primero que quiero contarte.
Yo he trabajado con agencias durante bastante tiempo y no me arrepiento para nada. Todo en esta vida son fases y aprendizajes y nada es blanco o negro.
Voy a explicarte antes que nada los puntos a favor de trabajar con agencias en los que coincido con Jose:
- Es una buena manera de empezar cuando no tienes clientes, ni web, ni estrategia de captación.
- También es una buena manera de adquirir experiencia trabajando con clientes y no con jefes.
- Te ayudará a crear y mejorar tus propios procesos de trabajo, servicios y presupuestos.
- Tienes opción de trabajar en proyectos de empresas con nombre.
- Una vez que estás dentro de la cartera de freelance te llegarán trabajos sin hacer labor comercial.
- Podrás trabajar en proyectos diversos con diferentes tipos de clientes y así después te será más fácil encontrar cómo te quieres especializar tras haber probado diferentes disciplinas y haber trabajado para proyectos de diferentes sectores.
Y ahora sí, te quiero contar los motivos por los que yo decidí dejar de trabajar para agencias y siempre recomiendo a mis alumnos centrar su estrategia a trabajar mano a mano con cliente final:
1. Los clientes no son tuyos, son de la agencia
Y por tanto, no puedes contactar con ellos para fidelizarlos, pedirles un testimonio sobre tu trabajo ni ofrecerles nuevos servicios después y puede que tampoco lo puedas poner en tu portfolio.
Los clientes no te conocen y tampoco te pueden recomendar para trabajos concretos de diseño.
2. Puede que trabajes en proyectos de empresas potentes y ni siquiera puedas atribuirte el mérito
A mi me pasó. Trabajé en un proyecto de una empresa petrolífera muy conocida en el norte de España pero como era a través de una agencia no tenía permiso para añadirlo en mi portafolio (cosa que me podía haber dado caché frente a otros clientes).
Trabajar para agencias significa en la mayoría de los casos trabajar como marca blanca y cualquier cosa que hagas para una agencia será atribuido a la agencia y no a tu persona.
3. Los procesos se alargan mucho más en el tiempo
Las agencias suelen trabajar muy a medida, con proyectos que implican varias fases y negociaciones largas.
Esto te afecta directamente: primero para que aprueben tu presupuesto y segundo porque, una vez aprobado, quizás no sepas cuándo te va a tocar comenzar con tu trabajo y estés retrasando otros proyectos si las fases anteriores a la tuya se alargan y van mal de tiempo.
4. Los procesos de toma de decisión y feedback pasa por demasiadas manos
Cuando tenemos intermediarios de por medio cualquier toma de decisión puede ser un proceso muy lento. Primero porque la agencia te da su feedback sobre el trabajo (lo hará el director de arte o el que coordine el trabajo o incluso diferentes partes implicadas dentro de la agencia) y luego el propio cliente dará el feedback sobre las correcciones ya hechas. Muchas veces hay un doble filtro y las decisiones pasan por demasiadas manos y opiniones.
5. Tienes que presupuestar a medida y no puedes estandarizar tus servicios y procesos
Como decía en el punto 3, las agencias trabajan con proyectos a medida: un cliente les pide un presupuesto y la agencia analiza todo lo que necesita y crea una propuesta a medida implicando a los diferentes departamentos, empleados o freelances. De ahí, crean un servicio personalizado con un proceso de trabajo y, con suerte, un calendario concreto.
Hay agencias que te piden directamente un excel con tus tarifas dependiendo de lo que diseñas: un banner cuesta X, una web X, un logo X.
El problema de esto es que las agencias trabajan con clientes de muchos tipos, más grandes o más pequeños. Y por tanto, el servicio que requiere cada uno y el impacto de tu trabajo en su negocio puede variar y en consecuencia el precio de tu trabajo.
Yo sin embargo estoy muy a favor de tener un catálogo de servicios estandarizado o productizado y trabajar para cliente final.
Esto te permite crear paquetes con unas características de base muy concretas y a partir de ello realizar presupuestos más a medida añadiendo nuevas opciones.
También te permite tener una estrategia de precios establecida que dependa de la solución que ofreces y el tipo de cliente en el que te enfocas.
Conclusión: Presupuestos a medida sobre un servicio estandarizado sí. Servicios a medida inventados para cada cliente no.
6. No tienes realmente el control de tu servicio porque depende de lo que la agencia ofrezca a su cliente
Esto se enlaza con el punto anterior. Cuando trabajas a medida, tanto para agencias como para clientes, no tienes estandarizado tu proceso de trabajo y por tanto tampoco los tiempos de desarrollo.
De esta forma es mucho más difícil calcular cuánto cobrar y el tiempo que vas a tener que dedicar al desarrollo porque muchas veces subestimamos nuestro trabajo si es algo que no hemos desarrollado anteriormente.
Además, muchas veces la agencia no traslada correctamente al cliente el número de revisiones permitidas para tu trabajo, los entregables, versiones, formatos y cualquier condición relevante.
Y peor aún, si no te implican en las reuniones con los clientes puede que no comprendas correctamente lo que el cliente necesita porque no tienes una relación mano a mano con él. O viceversa, si son el tipo de agencia y de cliente que tienen reuniones eternas sin sentido continuamente y te implican en ellas, puedes perder muchísimo tiempo y dinero en desplazamientos (si encima son tradicionales y hacen reuniones presenciales).
7. Es más difícil subir los precios
Las agencias suelen contar con más de un freelance en la recámara por si uno le falla y por tanto, aumentar tus tarifas puede resultar mucho más difícil si no quieres que dejen de contar contigo.
Tal y como dice Jose en su artículo: «Cuando trabajas con una agencia a un ritmo constante como freelancer, es recomendable esperar unos dos años antes de negociar un nuevo tarifario. Esto tiene una razón: debes habituarlos a tu estilo de trabajo para que les sea más costoso y arriesgado contratar a un proveedor nuevo. Esto normalmente sucede después del año, cuando ya todos se conocen y tú sabes cuáles son los meses donde hay más trabajo. Si quieres puedes intentar al final del primer año, pero si esperas un poco más te aseguras de estar bien instalado en sus procesos. Luego de los dos años puedes hacer un ajuste de un 10% o 15%.»
Cuando trabajas para cliente final y te especializas en una disciplina y nicho con unos servicios estandarizados puedes permitirte aumentar tus tarifas cada poco tiempo. Si empiezas a tener un flujo constante de peticiones de servicios puedes ir haciendo pequeños incrementos en tus presupuestos en cada nuevo cliente para tantear el mercado.
En esos mismos 2 años con una buena estrategia de marketing podrás tener un buen posicionamiento como referente y podrás haber incrementado tu tarifa exponencialmente, duplicarla o triplicarla incluso.
8. Suelen ajustar mucho los precios para que al cliente no le suba mucho la cuenta y no les rechacen el presupuesto
Las agencias normalmente añaden un porcentaje sobre tu presupuesto para tener un margen de beneficio además del plus de su servicio en sí.
Por tanto, si tienen que negociar con el cliente intentarán apretar en los presupuestos de los freelance y que se los ajusten antes que bajar el precio de su propio margen de beneficio.
Por otro lado, cuando trabajas con cliente final puedes tener tus propias condiciones de pago y controlar mucho mejor el proceso de trabajo.
Sin embargo si trabajas para agencias normalmente asumes sus condiciones de pago (aunque puedes negociarlas) y dependes de que el cliente le pague a la agencia para que después ésta te pague a ti. Si el cliente no paga, la agencia es posible que no asuma el coste de tu trabajo.
Por eso es importante que las condiciones y las claúsulas de tu trabajo queden bien recogidas en un presupuesto y en un contrato para que estés bien cubierto.
9. Ojo con la figura del freelance dependiente
Hay agencias que contratan freelance por horas, medias jornadas o jornadas completas para que trabajen en los proyectos de los clientes directamente en su oficina. Mucho cuidado con esto.
Trabajar de esta manera te quita todos los beneficios del «formato freelance» y te esclaviza. Si alguien quiere contratarte así o incluso con exclusividad, que te ponga delante un contrato laboral y te pague la seguridad social, las pagas extras, el IRPF, las vacaciones o las bajas como a un empleado más.
No te dejes engañar por una falsa seguridad. Si una agencia quiere un servicio permanente en su empresa, que te haga un contrato laboral como dios manda.
10. Que una agencia te tenga en cuenta no es fácil
Hay muchos diseñadores freelance que quieren trabajar para agencias y la competencia es brutal igualmente.
Cuando te dicen que es mejor trabajar para agencias porque así te olvidas de hacer labor comercial y te vienen los trabajos solos no pienses que va a ser tarea fácil. Labrarte una reputación online y tener tu web es esencial para que te tengan en cuenta y también para que acepten tus precios y entiendan el valor de tu trabajo.
Tu portafolio no es en lo único que se van a fijar para elegirte.
No te engañes, elegir cualquiera de las 2 opciones, agencias o cliente final, te va a requerir tiempo, marketing y mucho networking.
Ahora te toca decidir a ti
Ya has leído mis argumentos y el artículo de Jose, ahora decides tú. En mi caso después de probar las 2 opciones, tengo claro que si quiero tener un negocio a mi medida, duradero y que dependa únicamente de mi entonces hay que ser proactivo y conseguir clientes propios sin intermediarios.
Por supuesto también existe un término medio. Puedes crear tu estrategia para trabajar con cliente final y en paralelo, si surge, trabajar con alguna agencia que te traiga algún trabajo de vez en cuando.
Me dejo mucho en el tintero y espero que me dejes un comentario con tus argumentos a favor o en contra de trabajar con agencias o con cliente final. ¡Seguro que podemos profundizar sobre este tema y da para una segunda parte!
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