Visualización. Sí, ni más ni menos. Y es que, como dice Sergio Fernández: «Todo lo material tiene origen en lo inmaterial» y lo cierto es que lo que pensamos es al final lo que conseguimos.
¡Qué rápido lo he soltado! No he dejado lugar a la intriga XD
Pretendo que este post sea breve porque, a pesar de que mi truco sea muy simple, para mi es «LA CLAVE» cuando me enfrento a un momento de agobio o estrés. Y es que, me encuentro en un momento de mi vida profesional en la que tengo que enfrentarme a nuevos retos para mi nunca explorados y eso da un poco de vértigo. Pero no te quiero aburrir con temas profesionales, ya te contaré más en otro momento.
Hace años que utilizo el poder de la visualización para salir de momentos en los que veo que me empiezo a agobiar: un trabajo nuevo (la hoja en blanco siempre me supone un reto), una reunión importante, la vuelta de un viaje largo, un dolor de cabeza, salir a hacer ejercicio un día de lluvia o incluso el duro momento de pasar por fotodepilación (como lo lees)…
Cuando hablo de visualización, no me refiero a una técnica compleja en la que tienes que seguir diferentes pasos, simplemente me refiero a pararte un momento y pensar en el resultado que quieres obtener y lo bien que te vas a sentir una vez hayas atravesado la situación difícil. Porque, te aseguro, que toda situación difícil tarde o temprano se pasa.
Con esto vas a desbloquear los pensamientos negativos que te está diciendo el monstruito interior del tipo «no lo vas a poder hacer en tan poco tiempo», «y si no doy la talla», «y si me quedo bloqueada y paso un mal rato»… Porque esos pensamientos lo único que hacen es que el momento sea más agónico, más largo y más difícil y que, si encima te encuentras frente a una hoja en blanco en la que tienes que crear un nuevo diseño, te conducirán a bloqueos creativos y malas ideas.
Cómo utilizo el Poder de la Visualización en mi trabajo
Lo más fácil será explicarlo con un ejemplo:
- Me aprueban un presupuesto para un trabajo urgente de un cliente nuevo que apenas conozco.
- Siento que me invaden las dudas y el agobio de tener que empezar con un diseño de cero que no sé si le encajará al cliente y que el tiempo además está muy ajustado.
- En cuanto noto que me empiezo a agobiar, cambio el chip y me pongo a pensar por unos instantes en el momento de la entrega con todo el trabajo hecho y la satisfacción de haber dado con la idea creativa clave que se ajusta a las expectativas que tenía el cliente. Me imagino la situación conmigo en escena con todo lujo de detalles pasando rápidamente por mi cerebro y con la sensación de satisfacción de haber cumplido mi objetivo.
- Pasados los nervios iniciales me pongo en marcha para que el resultado sea el que he visualizado: disecciono el objetivo final en una lista de tareas y subtareas muy específicas para poder avanzar pasito a pasito sin agobiarme.
Lo cierto es que me tranquiliza mucho pensar que he estado en muchas situaciones parecidas en las que de primeras me ha podido el agobio y después siempre han tenido resultados positivos por lo general. Entonces prefiero pensar «Laura, al final siempre lo consigues» que «Laura, no vas a poder». Porque si pienso que no voy a poder, al final no puedo.
Existen muchísimas técnicas relacionadas con la visualización pero lo cierto es que para mi algo tan simple como lo que te acabo de contar me funciona de toda la vida. Nadie me lo contó, lo descubrí yo sola y después con los años he visto que es algo que utiliza mucha gente en muchísimos ámbitos tanto personales como profesionales.
La verdad es que siempre me ha interesado mucho el poder de la mente (también empecé a utilizar la técnica de meditación Mindfulness a principios de año con este libro) y he leído/leo bastante sobre el tema porque nuestros pensamientos, aunque nunca te hayas parado a reflexionar sobre ello, influyen directamente sobre nuestras emociones y estado de ánimo y, en consecuencia, sobre nuestros resultados.
Resumiendo
Si esperabas magia siento no haberte ayudado, aunque para mi la visualización a veces lo es. No puedo asegurarte que mágicamente te venga la inspiración y puedas hacer cosas que nunca has podido de la noche a la mañana sólo por visualizarlas. Pero sí te puedo asegurar que el proceso hasta llegar a los resultados que quieres será mucho mejor si te ves en un futuro consiguiendo tus retos que si estás constantemente pensando que no lo vas a poder hacer o lo duro que va a ser.
En ocasiones todavía me agobio y en el pasado también he tenido momentos de «Laura no lo vas a conseguir», lo confieso, (y entonces entraba en una dinámica negativa que lo único que conseguía era empeorar la situación) pero en cuanto me doy cuenta intento visualizar el resultado y hacer todo lo posible para conseguirlo.